UN NUEVO COMIENZO
Un nuevo comienzo es lo que la mayoría de las personas anhelamos tener cada que inicia un año; pero, no quiero enfocarme en el nuevo comienzo al que el mundo se refiere: dietas, ejercicio, trabajo, economía, relaciones, etc.; cosas que, aunque no son malas en sí mismas, al estar lejos del propósito que Dios tiene para nuestras vidas como cristianos, todo esfuerzo resultará vano para nosotros. Por ello, quiero invitarte a enfocarnos en el verdadero nuevo comienzo, el que está lleno de esperanza, pero, sobre todo, lleno de Dios.
Como cristianos hemos sido llamados a vivir y experimentar un nuevo comienzo no solamente cada año, sino cada día, a cada paso, cada minuto y cada segundo
de nuestras vidas. “Que las misericordias del Señor jamás terminan, pues nunca fallan Sus bondades; son nuevas cada mañana; ¡grande es tu fidelidad!” (Lam. 3:22-23).
Debemos recordar que no sólo hemos sido llamados a salvación, sino también a santificación, a vivir una vida nueva. “De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas”
(2ª. Cor. 5:17). Pero, para que esto suceda primero debemos estar en Cristo, y para estar en Cristo, debemos aprender de Él, mirar Su ejemplo, seguir Sus pasos, andar como Él anduvo.
“Pero ustedes no han aprendido a Cristo de esta manera. Si en verdad lo oyeron y han sido enseñados en Él, conforme a la verdad que hay en Jesús, que en cuanto a la anterior manera de vivir, ustedes se despojen del viejo hombre, que se corrompe según los deseos engañosos, y que sean renovados en el espíritu de su mente, y se vistan del nuevo hombre, el cual, en la semejanza de Dios, ha sido creado en la justicia y santidad de la verdad” (Ef. 4:20-24).
En estos versículos está la clave y los pasos a seguir para que, el verdadero nuevo comienzo que tanto anhelamos sea una realidad en nuestras vidas. Examinemos estos versículos con atención. En primer lugar, nos llama a aprender de Él, oyendo Su Palabra para ser enseñados por Él en la verdad. Después, nos instruye a despojarnos del viejo hombre que está corrompido por deseos engañosos; en seguida, nos manda a ser renovados en el espíritu de nuestra mente y, la renovación de nuestra mente sólo será el resultado de escudriñar Su palabra porque es ahí donde está implícita la mente de Cristo, lo cual nos da la perspectiva correcta, no sólo de las cosas, sino también, de Dios mismo, de Su Reino y Su Gloria. Asimismo, nos muestra el estándar de calidad moral y espiritual bajo el cual debemos vivir como hijos de Dios. Como último punto, nos manda revestirnos del nuevo hombre, este es un llamado a ser transformados constantemente, cultivando nuestra relación con Dios mediante la oración, confesión de pecados, arrepentimiento, el estudio y la meditación de Su Palabra; siguiendo el modelo de Cristo, Sus pasos, Su ejemplo, para poder vivir una vida recta, guiada por la verdad y el amor para cada día parecernos más a Él.
Dios nos llama a tener un nuevo comienzo a cada momento y poder así cumplir Su propósito en nuestras vidas, dar testimonio de Su Poder que obra en nosotros, para andar en las buenas obras que Él quiere que andemos, tal como lo dice en Ef. 2.10: “Porque somos hechura Suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.” Dios no sólo quiere que andemos en buenas obras, no solo es hacer lo bueno, sino que Él va a producir en nosotros lo bueno desde adentro, desde el corazón, lo que le complace. “Porque Dios es quien obra en ustedes tanto el querer como el hacer, para Su buena intención” (Fil. 2:13). Nosotros sólo debemos escuchar su voz, seguirla y obedecerla y, todo lo demás vendrá por añadidura (Mt.6:33).
Lo mejor de todo esto es que al ser parte Su propósito y llamado que Dios tiene para nuestras vidas, contamos con Él para que este nuevo comienzo sea verdadero.
“Por tanto, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es el culto racional de ustedes. Y no se adapten a este mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su mente, para que verifiquen cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno y aceptable y perfecto” (Rom. 12:1-2).
No nos adaptemos a este mundo, que el mundo no modele nuestra vida, no sigamos su estándar, ni ejemplo, ni su propósito, sino todo lo contrario, que Cristo sea quien transforme nuestra mente y sea nuestro modelo a seguir. Un nuevo comienzo lleno de transformación y renovación en Él. “Y que el mismo Dios de paz los santifique por completo; y que todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es aquel que los llama, el cual también lo hará” (1ª. Tes. 5:23-24). ¡Él nos ha llamado a ser santos como Él!
¡Qué propósito tan glorioso, aprender de Cristo, despojarnos del viejo hombre, ser renovados en nuestra mente, revestirnos del nuevo hombre para mostrar que somos verdaderos hijos de Dios y cada día parecernos más a Él!
¡Qué hermoso nuevo comienzo! ¿No te parece?
Que este año que inicia marque una diferencia en nuestras vidas y demos testimonio del nuevo comienzo que El Señor Jesucristo estará obrando en nosotros, y con toda diligencia tomemos la responsabilidad que tenemos de andar en Él.
¡FELIZ Y PRÓSPERO NUEVO COMIENZO EN CRISTO!
Lili Roldán