Doctrina

Declaración de Fe

LA BIBLIA

Creemos que la Biblia es la Palabra de Dios, sin error alguno y única autoridad absoluta para gobernar nuestra creencia y actitud en la casa, la iglesia, la sociedad y la patria.  2 Tim. 3:16; 2 Pedro 1:21

LA SALVACIÓN

Creemos en el perdón de pecados y la salvación segura y eterna que da únicamente el Señor Jesucristo a través de la fe y no por algunas obras que nosotros podamos hacer, pues él fue quien dio su vida y resucitó para librarnos del castigo eterno, el infierno.  Col. 1:15; Fil. 2:5-8; Mt. 1:18-25; 1 Pedro 2:24, 25

LA TRINIDAD

Creemos en un Dios Trino, llamado Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.  Dt. 6:4; Mt. 28:19; 1 Cor. 8:6

EL BAUTISMO

Creemos en el bautismo por inmersión como testimonio a la iglesia local y universal, de nuestra fe y convicción de la Salvación por medio del Señor Jesucristo.  Hch. 2:41; 15:13-17; Ef. 1:3-6; 1 Cor. 12:12, 13

LA SANTA CENA

Creemos en la ordenanza de hacer memoria del Señor Jesús mediante el pan y vino, de su muerte y su resurrección, cada primer día de la semana, hasta que él venga nuevamente.  Lc. 22:14-20; 1 Cor. 11:23-26; 16:2; 1 Tes. 4:16-18

Debido a la gran confusión hoy en día sobre aspectos doctrinales dentro del pueblo cristiano evangélico, y procurando contestar las preguntas que sobre ellos se derivan, manifestamos la posición de nuestra congregación en Cuajimalpa respecto a las mismas.

Este documento contiene la doctrina con la cual sus miembros y participantes activos deben estar de acuerdo (doctrina fundamental), y también deben sujetarse (doctrina secundaria), así como también los procedimientos que pueden esperarse del liderazgo en situaciones de conflicto, disciplina y del orden de los servicios.  

DOCTRINA

FUNDAMENTAL

Artículo I

Dios se ha revelado a sí mismo como una Trinidad en unidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, son tres personas pero un solo Dios.  (Dt. 6:4; Mt. 28:19; 1 Cor. 8:6).

Artículo II

La Biblia, es el Antiguo y el Nuevo Testamento, son una revelación divina, esto es, los escritos originales, los cuales fueron verbalmente inspirados por el Espíritu Santo. (2 Tim. 3:16; 2 Pedro 1:21).

Artículo III

Jesucristo es la imagen del Dios invisible, lo que significa que él mismo es Dios; tomó para sí nuestra naturaleza, siendo concebido  por el Espíritu Santo y nacido de la virgen María.

Murió sobre una cruz como sacrificio por los pecados del mundo; resucitó de entre los muertos con el mismo cuerpo con el cual fue crucificado.

Ascendió al cielo en ese cuerpo glorificado, donde está ahora, intercediendo como nuestro Sumo Sacerdote. 

Vendrá otra vez personal y visiblemente para establecer su reino y juzgar a vivos y muertos.  (Col. 1:15; Fil. 2:5-8; Mt. 1:18-25;  1 Pedro 2:24, 25; Lc. 24; Heb. 4:14-16; Hch. 1:9-11; 1 Tes. 4:16-18; Mt. 25:31-46; Ap. 11:15-17; 20:4-6, 11-15).

Artículo IV

El  hombre fue creado a la imagen de Dios pero cayó en pecado, por lo cual está perdido y nace con naturaleza pecaminosa.  Esto es una realidad para toda la humanidad y para todas las generaciones desde Adán, pues somos descendientes de Él.  

Es necesario nacer de nuevo para poder ver el reino de Dios;  la salvación es por gracia a través de la fe en Cristo Jesús quien tomó en si mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre una cruz.  

La oportunidad para ser salvos sólo se da en la vida presente y una vez dada la salvación, Dios mismo y no el hombre, la establece segura y eterna. 

La condenación y castigo de los que no creen y la salvación y recompensa a los que creen, son eternos y conscientes.  (Gn. 1:26, 27;  Sal. 51:5; Rom. 3:10, 23; 5:19;  Jn. 3:3; Hch. 13:38, 39; 4:12; Jn. 3:16; Mt. 25:46; 2 Cor. 5:1; 2 Tes. 1:7-10; Fil. 1:6; Judas 24).    

Artículo V

La iglesia es la asamblea elegida de los creyentes bautizados por el Espíritu Santo a un solo cuerpo; su misión es ser testigos de su Cabeza, el Señor Jesucristo, predicando el Evangelio a todas las naciones.  

El bautismo y la celebración de la Cena del Señor, son mandamientos que sólo son símbolos de verdades espirituales reales (la  salvación y regeneración, y el sacrificio redentor de Jesucristo, respectivamente).  

La iglesia  se encontrará con su Señor en el aire cuando aparezca por segunda vez y establezca su reino en la tierra para gobernar y hacer justicia.  (Hch. 2:41; 15:13-17; Ef. 1:3-6; 1 Cor. 12:12, 13; Mt. 28:19,20; Hch. 1:6-8; 1 Tes. 4:16-18; Lc. 22:14-20).

DOCTRINA SECUNDARIA

Dones Espirituales

Los dones espirituales han sido dados por Dios para edificación del cuerpo de Cristo.  Mientras que los dones son válidos e importantes, el amor, el fruto del Espíritu y la predicación del evangelio, son mucho más importantes y eternos para el creyente.  

Cuestionamos la validez de cualquier don espiritual que no tenga fundamento bíblico.  En cuanto al don de lenguas, que sea para edificación personal y no como manifestación pública en la congregación.  En cuanto al don de profecía, creemos que puede darse en la actualidad, sin embargo, no es la forma principal en la cual Dios manifiesta su voluntad, sino más bien a través de su Palabra.  Este don era más importante para validar el ministerio de los apóstoles y padres de la primera iglesia, ya que aún no estaba completo y en forma el Nuevo Testamento.  Todos los demás dones los debemos anhelar y practicar con su debida prioridad.  Que todo se haga decentemente y con orden (1 Cor. 12-14; Rom. 12:3-16).

El Rapto de la Iglesia

El rapto de la iglesia y la segunda venida de Jesús son eventos que suceden al mismo tiempo, después de la tribulación y la manifestación del anticristo, por lo tanto, no son eventos que pueden suceder en cualquier momento, sin embargo, nadie sabe el día ni la hora en que estos sucederán, y nosotros, la iglesia, debemos de estar preparados para enfrentar tribulación y persecución por causa del nombre de Jesús.   (Mt. 24:29-31, 36; 2 Tes. 2:1-3; 1 Ped. 4:12-19).  ***

La Predestinación

A los que Dios predestinó responden al llamado en fe.  No representa una simple invitación al evangelio, sino que es una influencia efectiva a la salvación.  

Los llamados de hecho son justificados y glorificados por una acción decretada por el consejo eterno de Dios.  Se infiere que los que son predestinados nunca serán separados del amor de Dios.  

Cristo murió para dar una salvación segura, pero también resucitó para guardar morada a todos sus elegidos.  De tal forma, que todos los que gustan del don Celestial no lo hacen movidos por emoción, ilusión u otra cosa externa, más bien obedecen estrictamente al don de la salvación que se evidencia por la obediencia en fe.  

Dios es absolutamente libre y soberano.  Esto es parte de su naturaleza divina.  

Si se recibe su misericordia debe entenderse como un regalo proferido libremente de él.  Toda la humanidad es guiada y señalada por Dios.  

Nadie puede refutar su gracia.  Si él escoge en su amplia gracia a alguien, los otros no tienen argumentos para decir que él es injusto porque él no los eligió.  Dios no es injusto si deja actuar a un hombre para su propia ruina y toma a otro igual para salvarlo. La predestinación está basada enteramente en la soberanía y voluntad de Dios.  

Todos los hombres son instrumentos usados por Dios para la exhibición  de su misericordia y la demostración de sus juicios.  Tanto los “vasos de ira” preparados para destrucción, como los “vasos de misericordia” destinados para gloria son designios secretos del Todopoderoso.  

Mientras que el hombre tiene un libre albedrío, siempre estará sujeto al final de cuentas a la soberanía de Dios.  Los escogidos son el medio que Dios utiliza para dar a conocer las virtudes de su gracia.  En ningún momento se ha de creer que no es necesario predicar, enseñar y testificar.  El ser utilizados como pescadores de hombres es privilegio de todo cristiano pero el tocar, transformar y salvar vidas es trabajo único de Dios.  (Rom. 8:28-11:36; Ef. 1:3-14; Mt. 4:19-20; 1 Cor. 9:6).

Movimiento de fe y prosperidad

Nos oponemos a cualquier doctrina que iguale la prosperidad material y salud física con la espiritualidad individual de cada cristiano 

(2 Cor. 12:7-9; Fil. 4:11-12; Pr. 30:8-9; 1 Tim. 6:9, 17-19; Sal. 73)

PROCEDIMIENTOS Y DISCIPLINAS

La Cena del Señor y el Bautismo

Celebramos la Cena del Señor cada domingo porque consideramos el recordar el sacrificio de Jesucristo como uno de los principales propósitos de reunirnos como iglesia.  Sólo los miembros o visitas bautizadas pueden participar de la Cena del Señor, ya que sólo estos han dado testimonio público de su salvación en Cristo Jesús. (Hch. 2:46, 47; 8:36-38; 20:7).

Ofrendas

Las ofrendas son un acto de adoración y agradecimiento al Señor regresándole lo que es de Él.  La ofrenda es un acto voluntario que debe ofrecerse con alegría para las necesidades de la iglesia, sus siervos y para la propagación del evangelio.  (Mr. 12:42-44; Hch. 2:44, 45; 
4:32; 2 Cor. 9:7).  

El control de la ofrenda siempre se llevará acabo por el tesorero y un testigo.  El tesorero dará un informe público y transparente cada mes, de los ingresos y egresos de la ofrenda debidamente comprobados.  

Se sugiere que el tesorero permanezca un año en su cargo, a menos que el liderazgo de la iglesia decida extender el plazo.

Música y Arte

Toda expresión musical y artística en la vida del cristiano debe tener el propósito de glorificar a Dios y puede ser usada en el ministerio.  

La música y el arte fueron creados por Dios pero su uso determina su valor moral. 

Todo cristiano debe discernir en el Espíritu Santo si lo que ve o escucha es de provecho y edificación, y considerar si será piedra de tropiezo para otros.   (Col. 1:16; Fil. 4:8; 1 Cor. 10:23-33; Rom. 14:10-15:6)

Pastores, Ancianos y Diáconos

Los pastores, sobreveedores o ancianos tienen la tarea y llamamiento de Dios a ser ejemplo primeramente  en su hogar, teniendo en sujeción a sus hijos, y tratando a sus esposas como vasos frágiles y coherederas de la gracia de la vida, (y ellas a su vez, también deben tener buen testimonio) después a los creyentes, conociendo bien al rebaño, cuidando y alimentando espiritualmente, capacitando para que todos trabajen, animando, consolando, restaurando, disciplinando, exhortando, enseñando, y guiando a los miembros de la congregación en su vida cristiana.  

Asimismo, los diáconos también deben de ser ejemplo en sus hogares y apoyar a los pastores y ancianos haciéndose cargo de actividades que distraen a los pastores de otras labores ministeriales.  

Sobre este liderazgo ( consejo pastoral; pastores, ancianos y diáconos), recae la responsabilidad de las decisiones tomadas en la iglesia, y todos los miembros de la iglesia deben someterse a ellos como la autoridad puesta por Dios y basados en la Biblia y la guía del Espíritu Santo. 

(1 P. 5:2, 3; 1 Tim. 5:19; 3:1-13; Hch. 20:28-31)

Roles del hombre y la mujer dentro y fuera de la iglesia

Las mujeres deben sujetarse a la autoridad de sus maridos y de los ancianos al no participar públicamente en la predicación y enseñanza doctrinal a toda la iglesia.  Esto implica que cuando no es un servicio general (para toda la iglesia) puede participar libremente en cualquiera de estas áreas bajo la autoridad de los pastores, ancianos y diáconos.  

Asimismo los hombres en liderazgo tienen la obligación de ser a sus esposas un ejemplo de lo que Cristo es a la iglesia (1 Tim. 2:11-12; 
1 Cor.14:34-35; Ef. 5:22-26; 1 Cor. 11:2-16).  ***

Disciplina

Si algún miembro de la iglesia cae en pecado público (inmoralidad, idolatría, adulterio, homosexualismo, robo, alcoholismo, difamación, u otros) y se arrepiente, dejará sus responsabilidades ministeriales mientras es restituido.  

El propósito de la restitución no es castigar, sino restaurar al miembro lo más pronto posible en su servicio a Dios.  Si no se arrepiente, debe abandonar la iglesia y regresar hasta que se arrepienta de su pecado.  La discreción con que se maneje cada caso será decisión del Consejo Pastoral. (1 Cor. 5; 1 Cor. 6:9-11; Heb. 12:11-13)

Divorcio y el volverse a casar

El divorcio no está permitido bajo ninguna circunstancia mientras dependa del creyente la decisión.  Si alguien ya se ha divorciado, que no se vuelva a casar, y si alguien ya se ha vuelto a casar, que reconozca que fue pecado y pida perdón al Señor pero no se divorcie nuevamente.  Solamente viudos o viudas tienen la libertad de casarse nuevamente.  (Lc. 16:18; Mr. 10:11-12; Mt. 19:3,8). 1 Cor. 7:10-11   1 Cor. 7:39 y Rom. 7:1-3). ***

Los temas anteriores son los más importantes y controversiales en los círculos evangélicos de otras denominaciones, religiones o sectas.  

En cualquier otro punto: 

… si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni la tienen las iglesias de Dios.

1 Cor. 11:16

Y se dedicaban continuamente a las enseñanzas de los apóstoles, 
a la comunión, al partimiento del pan y a la oración. 

Hch. 2:42

IGLESIA CRISTIANA EVANGÉLICA EN CUAJIMALPA

*** Solicite el estudio completo elaborado por Nathán Díaz